La vía verde, mejor llamémosla "pierde" por lo "bien señalizada" que está, es un comodísimo paseo descendente BTT entre Arnedillo y Calahorra de 33 o 35 kms (según tracks) y 320- realizado en 1997 sobre los restos del viejo trazado del ferrocarril de vía estrecha que dejó de funcionar en 1966.
Los 31 años que mediaron entre el cierre para el tren y la apertura para la bici se notan en muchos cruces, superposiciones con caminos y desvíos que luego, en otros 18 años de uso parecen haber perdido las abundantes e innecesarias señalizaciones que debieron de ponerse en su segura y flamante inauguración política.
Dicen las webs oficiales que lo publicitan que puedes volver en autobuses Jiménez si se lo avisas, pero los únicos que van de Calahorra a Arnedillo son a las 7,15, 10,45 y 6,10 los días de labor y a las 11 los domingos. Si no te van bien estas horas o Jiménez dice que nones, pues hay que organizarse con dos coches.
Para empezar nadie te dice con claridad donde empieza, y por culpa de ello, cuando lo hicieron Teresa y Josema, (1jn2012) usaron inocentemente el parking acondicionado a la entrada del pueblo y se perdieron un comienzo espectacular: el de pasar por el largo túnel que atraviesa todo el pueblo. Donde estaba la estación está ahora el frontón y las piscinas, y es ahí donde hay que ir para empezar y meterse en el largo túnel con luz automática... que... (bueno, en el siguiente túnel lo comento).
En la primera parte del recorrido más parece una "vía vallas"que una vía verde. Una cosa es ponerlas al paso de los puentes y otra gastarse en kilómetros de ellas (y bien altas) como si fueran las biondas de una autopista.
En este primer tramo las lluvias del pasado febrero provocaron importantes desprendimientos sobre la vía que ya han sido limpiados. En eso han estado bien nuestras administraciones públicas. Hay que reconocerlo. Pero en los primeros cruces con otros caminos cuando ya se les acabó el dinero para vallas, no hay ni una miserable marca verde pintada en el suelo o en una piedra.
De todos modos, los pasos por Santa Eulalia Bajera y Herce no plantean mayor problema que la pérdida de cualquier regusto del viejo uso ferroviario -cuando menos en la prioridad del trazado de la vía del tren.
Pero mucho peor es lo de Arnedo.
Según parece, la vía del tren iba por lo que es actualmente una vía de circunvalación tan llena de bultos que si vas en coche casi invita a pasar por el viejo centro de Arnedo. Para dar continuidad a la vía ciclista se construyó un camino muy bonito junto al Cidacos, pero la señal del desvío a la derecha ya no está, y como es lógico uno sigue recto hacia Arnedo hasta que te das cuenta de que... vas mal. Nosotros casi tardamos 2 kms en percatarnos del error, lo que fue una suerte porque, cuando miramos el gps estábamos ya ante el único camino que permite volver a conectar una y otro. Más fácil verlo en el track.
Vueltos a la "vía pierde" o perdida, pasamos por el parque de Arnedo donde el piso se convierte en forropiedra peatonal (?).
Para retornar al viejo trazado del tren hay que hacer unas culebrillas en la parte más oriental de Arnedo. No hay señales pero en alguno de los cruces aún quedan restos de un colorante verde que echaron en su día al asfalto (!). Escaldado por lo de antes, yo miré al track.
Cuando llegas a lo que fue el trazado del tren te encuentras que hay muchos coches (me pareció ver hasta un lavadero). No hay ni una marca en el suelo de que aquello podría ser un carril bici ni nada parecido. Toda una cultura la nuestra. Vuelvo a sacar el GPS porque el puente de la carretera a Cervera me despista.
Pero no hay pérdida y enseguida enfilamos hacia Quel. Ya se ve el castillo allí al fondo.
En alguno de los tracks que había consultado vi que en el paso por Quel habían hecho la misma jugada que en Arnedo, es decir, desviarlo por el río. Como tampoco vimos señalización alguna, tiramos recto, pero hacia la mitad del pueblo nos acercamos al Cidacos a ver si lo encontrábamos. Pues no. Desde el puente no había conexión o igual es que se lo han llevado las últimas riadas como un poco más adelante.
Es una pena que la vía no pase por Autol y sus picuezos, pero a cambio disfrutamos de un segundo túnel con luz automática y todo (!). Qué lujazo. Y hasta funciona. Con una buena información obligando a llevar frontales, digo yo, o un parado que las alquilara al comienzo del recorrido y se ganara unos euros con ello seguro que nos hubiéramos ahorrado una pasta pública, pero... para qué es la pasta pública más que para gastar (!).
Y si no me creen, miren si no esa superpasarela de diseño y acero corten construida sobre la nada poco antes de llegar a Calahorra.
La llegada a Calahorra no es nada triunfal. El caminillo de asfalto se pierde en los senderos del parque como antaño la vía principal en las vías muertas de la estación. No hay ni rastro del origen y razón de tan bonito como descuidado paseo. Un poco de pena ya da que se haga todo con tanto dinero y tan poca delicadeza y tan poco cuidado en el mantenimiento. Quizás es que en La Rioja y en España somos tan ásperos como el paisaje.
No me extraña que mi amigo Grijalvo, tan ecologista él, empiece a estar hasta las narices de las vías pierdes. Digo verdes. O no, pierdes, porque lo que se perdió es el tren que era jrande.