23 km, 1h 47 min. 19 mr 2014 de 5:15 a 7 de la tarde. 15 ºC brisa suave de norte.
Mejor no pongo el track ni la ruta prevista porque esta salida fue un cúmulo de despropósitos. Paso a contar todas mis vicisitudes y así nos reímos un poco con mis exploraciones geográficas y aventuras biciclistas. La idea era ir a La Serna por el Ebro y volver por el camino de atrás del Monte Corvo (el del recorrido 10). Más o menos lo hice, y lo que salió fue esto:
Hasta el km 6 es ciudad y carretera. Cuando pasas de La Rioja a Alava (hacia el km 5) desaparece el pequeño arcén que tiene la carretera y los coches te pasan más cerca, ay. Bravo por Alava (!). Dificultades en el km 6 para tomar el camino pensado, y cuidadito al bajar hacia el río porque está de pena.
No sé por qué me había hecho la ida de que iba a ir más rato junto al río y poco antes del 7 no doblé a la derecha y pensé que era el dueño de la viña el que se había tragado el camino con el arado. Fui medio cayéndome por la rodada del tractor y al final de la viña me di cuenta de que por allí no había salida. Tiro la bici al suelo y echo una foto hacia atrás. La verdad es que el río estaba precioso. Pena que no haya ni un sendero.
Veo un camino muy sucio que sube el ribazo y me voy por él. Lo subo andando porque la pendiente es muy fuerte (toma sudada). Afortunadamente sale a un lindero entre fincas por el que se pedalea bien y llego hasta el camino asfaltado que viene recto desde la carretera. En el 8,4 descubro un bonito guardaviñas y me paro a hacerle una foto:
Poco antes del km 9 veo a mi derecha una conjunto muy majo de casa y corrales entre el monte y el viñedo y va otra foto. Parece que lo malo ha quedado atrás.
Pero al llegar a la siguiente casa (km 9,4) veo un cartel que dice: PROPIEDAD PARTICULAR, PROHIBIDO EL PASO. No hay vallas y entro a preguntar. Un tipo que estaba cuidando el jardín se encoge de hombros y me dice que se puede pasar. Doblo a la izquierda para bajar al Ebro, tal y como tenía previsto, bajo un pequeño ribazo (km 10) y encuentro un camino precioso debajo de él.
Vuelve la alegría. A mi izquierda la central de El Cortijo y el Ebro, y por delante, ese montecito tan majo que subimos en el paseo contado en Montes 78.
Cruzo La Serna sin parar a hacer ninguna foto de sus feas casas (ya iba un poco tarde) y al pasar por unas Bodegas que hay a la salida a la izquierda me sale un perro ladrando como un loco a un palmo de mi pedal izquierdo. No le hago ni caso pero sale otro perro más grande y con voz más grave que prefiere el pedal derecho. Me cagüen los perros idiotas. ¿Morderán a los ciclistas? Salgo de dudas apretando los pedales y eso cabrea aún más a los perros que ladran aún más fuerte y parece que me van a saltar ya a los tobillos. Debería denunciar a esas Bodegas por tener sueltos esos perros tan bobos. De momento pongo la foto aérea pues Google Street View no se dignó a pasar por allí):
Cruzo la carretera y bordeo uno de esos polígonos industriales que ponen los vascos para captar a las empresas de Logroño con rebajas de impuestos, y en dos kms me llego hasta el camino tan bonito del otro día (km 16).
Enfilo hacia el Monte Corvo y antes de llegar a él (km 19) me vuelvo a perder porque me pareció muy empinado un tramo y pensé que sería el camino que va a la cima (sale un poco más adelante) en vez del que lo bordea por detrás.
Salgo de dudas preguntando a unos tipos solitarios que otean el horizonte por allí en busca de... no se sabe muy bien qué... (???) ejem.
Y llego al fin a Logroño y al fin del post. Qué largo me ha salido esta vez (!). Uf, con tanto trajín estoy agotado.
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