Una excursión ida y vuelta en bici en la que... no hay ni una solo foto de las bicis (!)
Primero fue porque para posar junto a los grandes bloques del famoso hundimiento de rocas acaecido en el siglo XVI mejor bajarnos de la bici no nos fuéramos a caer.
Cerca del km 5 el sendero se puso difícil, atamos las bicis en un arbusto y seguimos a pie
Cuando llegamos prácticamente al final del sendero nos dimos la vuelta
Nos acercamos a la poza más evidente y como vimos a una pareja que se había bañado...
...pues esta vez no desperdiciamos la ocasión
selfie del éxito
Y después, andando otra vez hasta las bicis para volver los cuatro y pico kms hasta Ocentejo
Como anécdota del día, que cuando regresamos a la furgo nos encontramos que nos habíamos dejado abierta la puerta del conductor (!!)
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